Cómo manejar la ansiedad en el Regreso a Clases: Padres y Estudiantes

por Viviana Fernandez

El regreso a clases es una época emocionante, y para muchos un periodo cargado de ansiedad, tanto para los estudiantes como para los padres. La expectativa de nuevas responsabilidades, el reencuentro con compañeros, y el ajuste a la rutina escolar pueden generar preocupaciones. En el ETABlog de hoy te ofrezco estrategias prácticas para manejar la ansiedad y hacer del regreso a clases una experiencia más llevadera para todos.

Es importante que tanto los padres como los estudiantes reconozcan que la ansiedad es una respuesta normal ante un cambio significativo. Ignorar o minimizar estos sentimientos puede aumentar la tensión. En lugar de eso, valida las emociones: es completamente natural sentirse nervioso o preocupado por lo que está por venir.

Habla sobre tus preocupaciones con alguien de confianza, como tus padres, un amigo cercano o un maestro. A veces, simplemente compartir lo que sientes puede aliviar parte de la ansiedad. Escucha activamente a tus hijos cuando expresen sus preocupaciones. Evita ofrecer soluciones inmediatas; en su lugar, permíteles hablar y asegúrales que estás ahí para apoyarlos.

La incertidumbre puede ser un factor importante en la ansiedad. Establecer una rutina antes de que comience el año escolar puede ayudar a reducir la sensación de caos.

Comienza a ajustar tu horario de sueño una o dos semanas antes del inicio de clases para que el cambio no sea tan brusco. Además, organiza tus materiales escolares y planifica cómo serán tus mañanas antes de que empiecen las clases.

Ayuda a tus hijos a crear un horario que incluya tiempo para estudiar, realizar actividades extracurriculares y descansar. Esto les proporcionará una sensación de control y previsibilidad.

Prueba técnicas de respiración profunda, meditación, o yoga. Estos métodos pueden ayudarte a mantener la calma en situaciones estresantes, como antes de una prueba o al enfrentar un día desafiante.

Enseña y practica estas técnicas con tus hijos. Además, puedes fomentar actividades que promuevan la relajación, como paseos en familia, leer juntos, o escuchar música relajante.

La exposición gradual a situaciones que generan ansiedad puede ayudar a reducir el miedo asociado con ellas.

Si la idea de volver a la escuela te asusta, intenta visitar el campus antes del primer día, si es posible, para familiarizarte nuevamente con el entorno. Puedes también practicar lo que vas a decir cuando te encuentres con tus compañeros o profesores.

Anima a tus hijos a hablar sobre sus miedos específicos y ayúdales a pensar en maneras de enfrentarlos de forma gradual. Por ejemplo, si están nerviosos por hacer nuevos amigos, pueden practicar presentarse o iniciar conversaciones en casa.

La comunicación es clave para manejar la ansiedad. Asegúrate de que tus hijos sepan que pueden hablar contigo sobre cualquier cosa que les preocupe.

No tengas miedo de pedir ayuda si te sientes abrumado. Hablar con tus padres o un consejero escolar puede proporcionarte nuevas perspectivas y estrategias para manejar la ansiedad.

Revisa regularmente cómo se sienten tus hijos. Pregúntales cómo les va en la escuela y asegúrate de que sepan que estás disponible para hablar en cualquier momento.

Mantener una mentalidad positiva puede hacer una gran diferencia en cómo se maneja la ansiedad.

Trata de enfocarte en los aspectos positivos del regreso a clases, como reencontrarte con amigos o aprender cosas nuevas. Recuerda que cada nuevo ciclo es una oportunidad para crecer y mejorar.

Refuerza el optimismo en casa hablando de las cosas emocionantes que vendrán con el nuevo año escolar. Ayuda a tus hijos a ver el lado positivo de los cambios y desafíos.

El regreso a clases no tiene por qué ser un periodo lleno de estrés y ansiedad. Con las estrategias adecuadas, tanto los padres como los estudiantes pueden abordar este tiempo con confianza y calma. Recuerda que la preparación, la comunicación y el apoyo mutuo son fundamentales para manejar cualquier tipo de ansiedad. Al final, lo más importante es recordar que no están solos y que, con el tiempo, las preocupaciones iniciales se desvanecerán a medida que se adapten a la rutina escolar.

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